GKS 2232 4º: Guaman Poma, Nueva corónica y buen gobierno (1615)

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Los españoles itinerantes en el camino real, pág. 542

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ESPAÑOLES [→]

no se les paga y ellas se huelga y se ponen nueuas bestiduras y chunbes [faja de cintura] de colores y se enbijan las caras para hazerse putas y bellacas. Las dichas sus mismas madres lo alcagüetea y les enseña con color de la mita [turno de cumplir] y les haze trauajar a los mitayos y traen yerua, leña, a los mosos enbía a los llanos. Y ancí se muere sus maridos, enbiando con mensages, y después quedan amansebados con ellas. Y ancí hazen grandes pecados y ofensas del seruicio de Dios.

Y a los pobres yndios pasageros les quita a sus mugeres o hijas o a sus ermanas. Les encierra y le fuerza amenasando a sus maridos o a su padre o a sus ermanos y les quita sus comidas y haziendas y hazen otros muy muchos daños que no se rremedian porque no tiene rrecidencia.

Y ancí no puede multiplicar los yndios y no tienen hijos y se acaua.

Me quize estar quatro días en algunos tanbos para uer algunos españoles como a los yndios, adonde era más pasadero tanbo que fue el Tanbo Quemado1. Diré primero de algunos españoles de poca consencia: Que llega al tanbo un español o padre, toma un garrote ni mira ci es cacique ni alcalde. Pide mitayo y rnaýs y güebos, gallinas, yerua, leña y otras menudencias, todo a costa de los yndios. De todo lo dicho por la mañana no se le paga y se ua cin pagalle. Y demás de eso les lleua sus mantas o mates con que ellos comen y le pide cauallos y lleua yndios de guía. Con color de guía le carga y le lleua adelante, dando de palos a los pobres yndios.

Y ací, mira cristiano, ¿qué deue este mal hombre, cino castigalle por estos dichos daños? Y por una parte su Magestad no le auía de mandar que se lo dé a los españoles porque estás en su rreal consencia.

Diré tanbién, estando yo en el Tanbo Quemado, uino un pobre español a pie, enfermo. Y me pareció que era hermitaño y me llegué al español y le uide muy pobre y desnudo y trayýa un caballo de diestro y en ella cargado unas alforjas. Y llegó y preguntó del tanbero y del curaca y alcalde que quiría pedir limosna. Y dixo que era muy pobre y era uiejo y enfermo. Y dixo que auía de yr a la rromiría del seruicio de la madre de Dios a la capilla de Nuestra Señora de Copacauana2 y que lleuaua el áuito escondido para poder pasar cin que nadie lo supiese.

Y ací este buen santo hombre

/ chumpi / mit'a / kuraka / tanpu / mitayu /

1 Su nombre oficial era San Cristóbal de Huraguaci; distaba nueve leguas de San Francisco de Hatunrucana, cabecera de la provincia. Jiménez de la Espada [1586], 1965 [Bib], t. I: pp. 229-230.

2 El santuario está ubicado en la península de Yunguyo, en el Lago Titicaca. Véase GP, p. 405 y nota.